jueves, 22 de febrero de 2007

Ay...

EL PAÍS, al igual que El Mundo, es una plataforma. Lo de menos es que estemos de acuerdo con todo lo que nos venden, o no.
Importa lo de los corresponsales y los articulistas. Tal vez lo más grave de EL PAÍS sea que tenga cubriendo el juicio del 11-M, en plan corresponsal estrella, a Ernesto Ekaizer. Para comprobar sus habilidades, no hace falta otra cosa que leer su entrevista a Bob Woodward de hace unas semanas. Woodward parecía anonadado ante la ostentosa dirección de las preguntas. Y así escribe siempre Ekaizer, sea sobre Pinochet, Bush o el 11-M: dirigiendo la atención a sí mismo y a su precioso, matizado acento; abriendo las alas para mostrar sus colores brillantes y su lustroso afeitado de la mañana. Ay.
Sigo leyendo EL PAÍS y me niego a renunciar.

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