sábado, 20 de enero de 2007

Somos amigos

La teoría política del amigo / enemigo de Carl Schmitt es perfectamente aplicable a la política española en este momento, que según muchos es crucial.

Somos amigos todos los que creemos en el progreso de la cultura y la democracia, en los derechos inalienables de las minorías culturales, de las lenguas polifónicas, de la justicia social, en la paz, la conversación, la buena onda, los abrazos, la traducción simultánea. Los amigos combatimos, a su vez, a los que, de forma autodeductiva y por lo tanto autodiscriminatoria (si son así es porque quieren), son unos cabrones. Las banderas son lo de menos. Lo que marca la línea entre los dos frentes es algo así como que unos puedan sostener una bandera policromada y multidialógica, mientras los otros se aferran a los colores antiguos y sostienen, además, la desigualdad entre los hombres (ver artículo de El País de ayer).

2 comentarios:

boomer dijo...

Ahí, dando caña, así me gusta.
No tengo ahora tiempo de leer el artículo de El País pero prometo hacerlo luego cuando llegue a casa para poder entender mejor a qué te refieres. De todas formas huelo cierta critica al "progreísmo" (de progre) de hoy (no confundir con el progreSismo, de progreso)
Por fin te leo :)

my blue eye dijo...

¡Hola! El artículo al que me refiero es del viernes, creo, y no es un artículo de opinión. Con lo que me refiero a que no marca la línea editorial del periódico, sino la informativa.

Un par de días después de que Mariano Rajoy dijera no sé qué de que deberían pedir más requisitos para gobernar que ser mayor de 18 y español, El País publicó este artículo sacando a relucir dos artículos de Rajoy, del 83 y el 84, allá cuando estaba confinado en Galicia, defendiendo la desigualdad natural entre los hombres (una postura típica, por otro lado, de muchos conservadores). Te lo recomiendo no sólo porque podrás comprobar, una vez más, que no estamos de acuerdo con Rajoy en cuanto a la justicia social (en que no somos iguales de nacimiento, desde luego sí), sino en el empeño que pone El País por demostrar que Rajoy, y todos los conservadores de derechas con él, no es un democráta. Therefore, es un enemigo ;).

En fin.