martes, 24 de junio de 2008

Dioses del sufrimiento

El filósofo José Luis Pardo dice que "quienes luchamos por una polis verdaderamente aconfesional hemos de defender hoy enérgicamente el derecho de los no creyentes, es decir, el derecho a no creer, pero no solamente en el Dios de Dinesh d'Souza, sino en ninguno de los dioses del sufrimiento, por muy aparentemente laicos que sean sus atuendos", es decir, en los ídolos de la identidad y, en concreto, de la nación.
Todas las naciones tienen sus mártires. Hace unos años, Juan Aranzadi ya propuso tirar el escudo al suelo y salir corriendo de cualquier batalla.
Me pregunto si también, en este mismo sentido, debemos despojarnos de la fiebre de nosotros mismos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

El problema es que la época se caracteriza porque son las batallas las que se tiran a los escudos, como los pajaritos a las escopetas.

MadRod dijo...

Cuando no tenemos dioses ni patrias, nosotros mismos somos nuestros dioses. Al menos es así en mi caso. Infinitamente mejor ser mi dios que ser la oveja de alguien.

Juliiiii dijo...

¡Ey, nada de mártires en esa nación, que estamos en la Final!, jajajajaja :p

¡Besosss!

Jose dijo...

Mejor ser tu dios? No creo. Eso lleva a mirarse al ombligo de forma compulsiva, a no ponerse en duda nunca, a actuar segun la religión que nos hemos autoimpuesto.

Creo que es algo inherente al ser humano buscar sus propias reglas para evitar la duda, el pensamiento. Todos buscamos las recetas.

Yo tengo la mia: dudar. Y mira, creo que es algo sano. dudo incluso de lo que creo (lo cual no me hace no tomar decisiones)

Nootka dijo...

bueno, ya te contaré

Anónimo dijo...

Chiflado total

Nootka dijo...

¿dónde andas?