martes, 15 de mayo de 2007

Sobre el totalitarismo

El otro día, Agnes Heller dijo que la tesis de la banalidad del mal presentada en Eichmann en Jerusalén era simplemente absurda (también dijo que a Arendt, en realidad, no le interesaba demasiado el totalitarismo, algo que me sorprendió escuchar y con lo que descubrí estar en completo acuerdo). Sin embargo, precisamente ésa es la tesis a la que hoy se adscribe tanta gente, deseosa de pensar en la maldad que provocan las personas normales y que son "como nosotros", aunque Hannah Arendt nunca estableció esta tesis. Resulta curioso que la banalidad del mal se haya convertido en una de esas frases hechas que la propia Arendt consideraba síntomas de la banalidad del mal. Ni siquiera ella habría podido salirse del círculo banal. Hoy hay un atentado y mañana fulano escribe un artículo titulado "la banalidad del mal".
Heller, como es evidente, desarrollaba la anterior fórmula arendtiana de Los orígenes del totalitarismo sobre el mal radical. Mal radical e ideología moderna están, en su opinión, inextricablemente ligados. Yo le hice una (mal formulada) pregunta: quería saber si no le parecía a Heller que, basándose en su definición del mal totalitario, eran mucho más "problemáticos" para la modernidad el totalitarismo soviético y la invención del gulag que la propia matanza organizada de judíos y otras etnias en Auschwitz y cía. Al fin y al cabo, dije, el nazismo es una ideología compuesta de una gran cantidad de elementos irracionales, que ni de lejos se acerca a la coherencia y al estilizado cinismo de la ideología marxista-leninista-estalinista. Heller me contestó que el racismo era una ideología tan "moderna" y organizada como el materialismo histórico y, aunque yo no me atreví a discutirlo, porque en parte estoy de acuerdo con ella, expresé mis idióticas dudas sobre "el problema del gulag", con lo que solamente quise señalar el perpetuo encandilamiento de la izquierda consigo misma. Precisamente al seguir aferrándose a los ideales de la modernidad (libertad e igualdad) e incluso a gran parte de los descubrimientos socioeconómicos del señor Marx, la izquierda (digamos, en este caso, yo misma) oculta aquello que debiera iluminar por encima de todo lo demás, que es cómo una ideología que prometía cumplir el humanismo en la realidad material masacró a millones de individuos. En resumen, no se trata de decir que el gulag fue peor cualitativamente que Auschwitz, lo que en cualquier caso es una trivialidad, sino de admitir la herencia a la que nos consideramos vinculados.
Pero supongo que esto tiene que ver con considerar que verdaderamente la tradición marxista se separa nítidamente del misticismo nacionalista, algo que da al traste con el mismo concepto de "totalitarismo".
También se trataría de averiguar si el genocidio moderno - al servicio del antiguo deseo de matar otra etnia considerada enemiga - comparte una serie de elementos ideológicos y organizativos comunes con la matanza en nombre de la humanidad y la justicia. En este caso, el concepto de "matanza administrativa" que Arendt acuñó - también en Eichmann en Jerusalén - tendría todavía sentido.
Esto lo pongo en alusión a booMer, que me pidió que contara más de lo de Heller; siento si no resulta demasiado iluminador.

1 comentario:

boomer dijo...

Ya que lo has posteado "por mí", a ver, tendré que dejar algún comentario.

Me gustaría poder tener más conocimientos sobre el tema para darte mi opinión, pero sabes que soy un poco ignorante (y joven xD) y para tu suerte o desgracia, cuando no tengo cosas interesantes que decir, prefiero callar antes que llenar líneas sin contenido alguno. Por ejemplo como estoy haciendo ahora xDD

Tengo que informarme más sobre esto, me interesa.