miércoles, 28 de marzo de 2007

¡Que se queden sin patria!

No sé en qué país he estado viviendo o dónde me he metido, pero no me había enterado: El País ha despedido a Hermann Tertsch, uno de sus columnistas más antiguos, moderados, y de los mejores conocedores de la realidad histórica europea, que ya es decir en este país de locos con botella.
Tertsch, al parecer, participaba en el odioso programa de Ernesto Sáenz de Buruaga en Telemadrid de vez en cuando. ¡Y qué mejor manera de combatir la mentira mediática que profundizando en la mentira mediática! ¡Qué mejor manera de no volver a la guerra civil que propagando el clima de polarización ideológica y expulsando a los que se han quedado en el medio! Pues eso ha hecho El País: expulsar a Hermann Tertsch, porque por lo visto aquí ya nadie puede decir su opinión sin ser traidor a algo, aunque nadie sepa muy bien definir qué es.
Andrés Trapiello, en un librito llamado Otra vez el ayer dijo que la guerra civil la propiciaron, hicieron y sufrieron los españoles, casi diríamos, sin exclusión. Hablaba en él de la tercera España, que tuvo muy mala prensa en todos los bandos habidos y por haber. El fascista Giménez Caballero dijo de aquellos pobres ingenuos que debían quedarse sin patria. Y así se quedaron.
Incluso sin la patria de la izquierda.

sábado, 24 de marzo de 2007

Marianne Faithfull en Madrid

Marianne Faithfull dio ayer un concierto en el Círculo de Bellas Artes, perteneciente a su gira Songs of innocence and experience, que comenzó hace unos días en Londres, y allí, por supuesto, fui yo, aunque casi de milagro. ¿El resultado? Una de las mejores experiencias musicales que he tenido.

Pocos cantantes actuales son capaces de desgranar tantos sentimientos con la voz, una voz al límite del destrozo y que, para colmo, estaba ayer bajo los efectos del resfriado. Ironía, furia, tristeza, sarcasmo, desesperación... La Faithfull gustará por su morbo de superviviente y ex-adicta a las drogas, por haberse acostado con Mick Jagger y Keith Richards, por su evidente inclinación hacia el lado oscuro de la vida, que tanto fascina a los buenos burgueses, fumando como posesos y moviendo los cabellos agitadamente, en señal de adicción al rock del pasado, como si eso fuera una demostración de que somos libres (libres para la muerte), jóvenes, atrevidos, contraculturales. Gustará por todo eso y, sin embargo, qué capacidad la de la Faithfull para usar con plenitud sus recursos vocales, para interpretar y conocer cada detalle de su repertorio, para poner los pelos como escarpias sin siquiera recurrir a la falsedad. Porque en ella, cuando canta, no hay falsedad.


Broken English fue el momento más rockero de la noche. Los pelos como escarpias, ya digo. Como escarpias que aún están erizadas, si es que las escarpias se erizan.

jueves, 22 de marzo de 2007

El uso polémico de la razón


EL PAÍS publica hoy un artículo ("Sin vida política", se titula) que reconcilia al lector con el mundo. Pero seamos menos cursis: reconcilia con el buen intelectual, el que analiza y sopesa los hechos, y dice las palabras después de haberlas medido bien y con la intención de que el lector sepa lo que significan, para poder argumentar su opinión, en el caso de que el lector no esté de acuerdo con el escritor en algún punto. Vaya, con Antonio Elorza, en realidad, no hacía falta reconciliarse. Se caracteriza por un inalterable respeto a las reglas de la argumentación racional.


Fue Kant el que defendió, en la Crítica de la razón pura, el uso polémico de la razón, y con un argumento insoslayable: "la razón pura tiene que someterse a la crítica en todas sus empresas. [...] Nada hay tan importante, desde el punto de vista de su utilidad, nada tan sagrado, que pueda eximirse de esta investigación comprobadora y de inspección, de una investigación que no reconoce prestigios personales". Todo el mundo tiene derecho a argumentar su opinión y a que ésta sea a su vez criticada. En cualquier ámbito intelectual, el valor se mide no por el nombre ni por la adscripción política, que expende el certificado de buena o mala conducta, sino por la calidad del argumento y de las respuestas que provoca en los lectores, también ellos intelectuales desde el momento en que se ponen a razonar.


El prestigio de Elorza, ya se ve, es el prestigio de sus argumentos. Su artículo de hoy no habla de la Yihad, que últimamente parece su tema preferido y gracias al que lleva años sumido en una interesante polémica con su némesis, Gema Martín Muñoz, por lo que espero que no se quede en la isla que suele recoger a los moderados. Dice Elorza que no tenemos vida política, sólo acontecimientos políticos. Yo no lo veo exactamente así: ¿es que hubo un tiempo en que la vida política fue sosegada? Pero el argumento es bueno por lo que tiene, sobre todo, de crítica a la estrategia del PP. Ya en los tiempos de Aznar y González se decía que el PP sólo conquistaría el voto mayoritario de hacerse con el electorado de centro, lo que significa: con los electores razonablemente moderados. Pero en España se grita mucho. Y ahora me pregunto si será verdad que Aznar se hizo alguna vez con ese electorado, o si simplemente fue necesario que el PP, al igual que luego el PSOE, "movilizara" a las masas mediante la creación de un clima histérico. ¿Se puede "crear" un clima histérico? ¿O es que nos mola tirarnos de los pelos (no tirarnos pedos, que también solía ser algo muy español)?


En fin: estoy de acuerdo con Elorza en que debemos aspirar a una vida política sin gritos y manotazos (esto lo digo yo, no él). Así que vamos a seguir intentándolo.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Y nosotros, que no lo sabíamos

Asombrada me quedo tras leer la respuesta de Paco Fernández-Buey (filósofo "de izquierdas") a Fernando Savater (filósofo tocahuevos, a secas), publicada hoy en EL PAÍS. Os pongo en antecedentes: el primero publicó un artículo titulado "El truco de la autocrítica", el día 18 de este mes, artículo que, por cierto, mencionaba crípticamente Arcadi Espada en su blog del mismo día; dicho artículo se escribía con la consigna de "¿por qué algunos intelectuales "de izquierdas" se vuelven "de derechas"? o algo así, una pregunta tan críptica que daba miedo (la verdad es que tampoco conozco a tantos intelectuales, y menos aún conozco a quién votan, o si votan en absoluto). Savater invitaba, en una carta al director del día 20, al Buey a dar los nombres de los elegidos, es decir, de aquellos intelectuales pata negra que realmente pertenecen a la izquierda y jamás han dudado ni dudarán, porque tienen la pata negra, se entiende.
Hoy Buey contesta, en otra carta al director, a Savater. Asombrada me he quedado, decía: el Buey no sólo da nombres, también habla de una izquierda abertxale compuesta de desobedientes civiles pacíficos "ante leyes injustas, dictadas ad hoc". ¡Oh! Y nosotros que no lo sabíamos. Todo el mundo sabe que la desobediencia civil, para serlo, ha de ser pacífica; si no, es pura violencia callejera o terrorismo puro, duro y mudo. No nos habíamos enterado de que Euskadi está llena de desobedientes civiles, que permanecen ocultos por el terrorismo. Debe de ser porque la desobediencia civil lo es si acepta la realidad, aunque con el propósito de transformarla: la realidad de que no sólo habrá "leyes injustas, dictadas ad hoc" contra las que se quiere protestar, sino bombas y cajeros destruidos y cartas amenazantes. El desobediente civil, si quiere transformar la realidad, tendrá primero que mirarla a la cara y enfrentarse a la prioridad de los hechos.
¿Y quién desobece más civilmente, un tocahuevos o la pata negra?

lunes, 19 de marzo de 2007

Suicidios

Inmaculada Echevarría murió hace unos días, ya que, después de una lucha legal, consiguió que le desconectaran el respirador.
A las pocas horas de morir, yo escuché por la radio a un consejero de la Junta (creo) que defendía que aquello no había sido un suicidio, que Echevarría simplemente había considerado que su vida ya no merecía la pena. Con estupor me pregunté: ¿y qué es un suicidio entonces? Pues ingenuamente pensaba que se trata de la muerte voluntaria que alguien se inflige cuando considera que su vida ya no merece la pena.
Supongo que tanto empeño de las autoridades por ocultar lo evidente tiene que ver con la ambigüedad que nadie parece dispuesto a aceptar en las decisiones que afectan a la propia vida: muchos de nosotros querríamos matarnos si nos imaginásemos en las condiciones de vida de Echevarría; pero la mayoría de nosotros no queremos matarnos porque tengamos algunos problemillas, caso de tantos y tantos suicidas cuyas muertes voluntarias permanecen en el más estricto silencio y en medio de la incomprensión familiar. ¿Por qué, por qué? Porque sí.
Tal vez deberíamos asignarle al suicidio la misma arbitrariedad que a cualquier otra decisión que atañe a la vida de uno y nada más, a lo que, por su propia forma, está privado de interés común. Y quitarle ese manto de fascinación mítica que obliga a las autoridades a ponerle otro nombre a un suicidio que consideran "comprensible". Es decir: menos eufemismos, pero también menos alabanzas que describen con baba y pasión el suicidio de Sylvia Plath, de Alejandra Pizarnik, de Primo Levi, de Mishima y de su primo hermano.

domingo, 18 de marzo de 2007

Los navarros y tiro porque me toca

Creo que fue ayer cuando escuché un pedazo del discurso de la vicepresi (aviso: la vicepresi me mola) sobre el tema de Navarra, éste que ahora tanto se lleva sin que yo acabe de conectarme del todo a la razón de su actualidad.
La vicepresi dice que los navarros pertenecen a quien ellos quieren y a quien ellos quieran. O algo así me pareció escuchar. Quieren y quieran: es una figura retórica algo malsonante. Quieren: presente; y quieran: futuro hipotecado ¿al presente? Pero lo mejor es lo de pertenecer: los navarros a quien ellos quieren/quieran; los andaluces, los riojanos, los vascos, los catalanes, los extremeños, los gallegos, los asturianos, los baleares, los aragoneses, los valencianos, los canarios, etc. Lo más extraño es que ya cada discurso, incluso el discurso socialdemócrata que hace tiempo abogaba siempre por la unión de los trabajadores oprimidos y de los peor tratados por el reparto histórico de la riqueza, incluso ese discurso asume ya que sólo la pertenencia tiene algo que decir sobre sí misma. Los navarros opinarán lo que los navarros opinen: maravillosa tautología de la raíz que se enraíza en el territorio navarro. Se riza el rizo de lo navarro, o de la pertenencia en cada caso navarra o de otro lugar, pero entonces váyase usted a decir lo que quiere y lo que quiera a ese lugar. ¿Qué pasó con esos hombres que no pertenecían a un solo territorio sino a muchos? Ni cosmopolitismo ni narices; tal vez ya sólo los castellano-manchegos, los madrileños (ese pueblo chulo por vilipendiado en su falta de raíz) y un trozo de los castellano-leoneses ¿tienen algo que decir o nada sobre sí mismos? ¿O tampoco?
Si tienes un pie allí y otro aquí y una mano fuera de sitio, lo mejor será callar y pasar la bola. Cuando yo iba al cole en Andalucía, me acuerdo de que cantábamos una cancioncilla popular en ese momento: España, unida, jamás será vencida (qué facha suena eso hoy; pero teníamos 5 o 6 años y lo cantábamos mientras jugábamos a V, esa serie de marcianos; ya entonces lo importante era jugar a pelearse). A mí me sonaba rara la canción (quién sabe si ya me sonaba facha) y, para destacar, cantaba Estados Unidos jamás serán vencidos. Qué falta de clarividencia la de los niños, ¿no?

lunes, 12 de marzo de 2007

Ícaro

Una canción muy bonita, estremecedora, más bien, de The Cat Empire, se llama Miserere y es un canto a la vida:
on a night when the skies echo sounds

from inside of your mind

on the stage that you shone

where the sun did become you...

Long live living

if living can be this...


Un cuadro de Pieter Bruegel refleja la caída de Ícaro de los cielos cuando Ícaro ya ha caído y está en el agua, agitando los brazos. El mundo sucede a su alrededor, y se ven los barcos, un campesino conduce su carro en primer plano, y al fondo deslumbra el sol. Otro cuadro, esta vez de Matisse, sitúa en cuatro líneas a Ícaro que cae entre las estrellas y en medio del azul.


Todo esto para decir que el viernes asistí al concierto que Vega, la cantautora que anduvo por Operación Triunfo 2, dio en el Fnac de Madrid. Contó lo usual: que la fama está llena de espinas. Presentó cuatro nuevas canciones (creo que eran cuatro) que mejoraban muchísimo el material de su disco Circular. Cantó, de nuevo, en directo. Long live living, if living can be this, ¿no?

jueves, 8 de marzo de 2007

Betito

Los populares han recuperado el lazo azul de hace... ¿quince años? Hoy, en una imagen que ha ofrecido Tele 5, salía la presidenta de la Comunidad de Madrid, conocida popularmente como Espe, junto al alcalde, al que en mi familia llamábamos Betito. El intríngulis de la imagen nos llevaba al lazo azul: ella lo llevaba puesto; él no.
Debe de ser verdad que la política es cosa de símbolos, algunos de ellos tejidos en una red sumamente intrincada. Podemos imaginar que la falta de lazo en el traje de Betito no tiene que ver con que Betito apoye al Gobierno, sino con que no apoye la deriva vocinglera del partido al que pertenece.
Humilde, simbólicamente, propongo que Betito sea reelegido alcalde. En mi patria (o sea, la vieja casa de la calle tal), Betito hacía gracia.

martes, 6 de marzo de 2007

Pues sí, pues sí.

Ayer leí donde siempre que Rajoy se está empezando a preocupar por los de las banderas con aguilucho, o al menos por las banderas, que algo es algo.

Ya iba siendo hora de que se diera cuenta.

lunes, 5 de marzo de 2007

Soso

Suso de Toro publica hoy un artículo auto-derogatorio sobre la inanidad política de los escritores.

Es tan absurdo que tiene gracia. "Narcisismo hasta la bulimia", lo llama él. Cita a no sé cuántos, mala señal que no lo recuerde.

¿Por qué no escribe esta semana, que ya toca, sobre la superioridad moral de la izquierda?

domingo, 4 de marzo de 2007

Savater y Lluch (Heidegger y Schlageter)

Hoy es un día tan bueno como otro cualquiera para recordar el artículo que Fernando Savater escribió recordando a Ernest Lluch después de su asesinato a manos de ETA. El artículo se publicó - y todavía puede leerse en www.elpais.es, si se busca - un 24 de noviembre de 2000. Se titula "Despedida".
En él, Savater se despoja de su gracia habitual y pregunta, con una tristeza que conmueve, lo siguiente: ¿Cómo decir una vez más que uno necesita a los adversarios tanto como a los amigos, que aquellos de quienes discrepamos, incluso con mayor cólera, son los puntos de referencia de nuestra cordura, que vivimos en democracia y hasta humanizados por la presencia forzosa de lo que más nos contraría? Pobre Lluch: y pobre de mí, de nosotros. (El subrayado es del autor).
Este texto bien puede contrastarse con aquel otro que escribió el profeta-filósofo Martin Heidegger en mayo de 1933, dedicado a Albert Leo Schlageter, el joven héroe alemán que una década atrás murió la más dificultosa y grandiosa de todas las muertes. Sí, Schlageter, el héroe de los Freikorps, murió fusilado por las tropas francesas tras volar un viaducto en el Ruhr. El soldado se sacrifica por el pueblo. Este texto de Heidegger, con otros, puede leerse en la Web en www.heideggeriana.com. Que no se diga que no hay acceso a la información.
¿Y bien?

viernes, 2 de marzo de 2007

España está triste

A De Juana le dejan volver al terruño, al parecer ya es definitivo. Y yo aún estoy noqueada por la noticia, o por la falta de ellas (he leído poco en los últimos días).
Rajoy dice que España está triste. Pero ¿quién es España? ¿Qué es lo que piensa? Aunque, ciertamente, Rajoy no habla de pensar, sólo de sentir. Gente se manifiesta en las calles con las banderas (una llevaba un toro). El estado general, sin embargo, invita a mi noqueamiento. O eso creo yo, que no sé nada. ¿La gente hablará más del ingreso hospitalario de Julián Muñoz? ¿Quién es la gente? Hace falta que algún periodista de verdad salga a la calle y lo diga. Que me lo pregunte: yo soy gente y no me entero.
Mientras tanto, De Juana parece que vuelve al terruño con su cara de mala ostia.